Psicoanálisis contemporáneo

Este blog de Manuel Hernández trata de los cambios que han tenido lugar en el psicoanálisis y en el arte debido a las innovaciones de Jacques Lacan y al paso del arte moderno al arte contemporáneo. Quiere poner a prueba una tesis: en vez de exponer “viñetas clínicas”, es posible tocar los movimientos de la subjetividad y los relativos a la función del analista gracias al juego de registros y a la precisión que son propios de los artistas contemporáneos, incluso cuando son ambiguos.

sábado, abril 08, 2006

Ominosamente axial

Entre Freud y Lacan se juegan dos concepciones diferentes del lo ominoso. Ambas suelen ser ampliamente ignoradas por los psicoanalistas, como si se tratara de un fenómeno marginal o de una curiosidad. No ocurre así con los artistas contemporáneos.
Hay una teoría de la comunicación que se ha apoderado de nuestra concepción del lenguaje. Se trata de la comunicación binaria. Tomados como estamos por la tecnología -de la que aquí mismo hacemos uso- llegamos a concebir al lenguaje por oposiciones simples y absolutas. Prevalece la creencia en que las frases que pronunciamos pueden ser siempre tan claras como la diferencia entre blanco y negro, entre y no, entre 0 y 1. Creemos que ese lenguaje refleja al mundo, y que puede comandarlo, en suma hay una ideología de la identidad digital, ampliamente difundida, que conduce a la fabricación de ideales o utopías que sugieren un mundo y un lenguaje optimizados por la tecnología.
El fenómeno ominoso rompe con esa teoría del lenguaje. Ocurre que en ocasiones 1 no es 1, y eso es inquietante pues cesa de haber identidad; en su lugar aparece un doble cuyo sentido ha mudado respecto del original.
Esa revelación instantánea produce una inestabilidad de la representación que se traduce en angustia.
El mundo ya no responde a representaciones claras; algo oscuro y vicioso lo ha permeado y con él al lenguaje.
Esa angustia resulta inherente para el ser hablante como tal, pero su mayor interés es que puede surgir como un momento crucial en la ruta hacia el final de partida. Freud la situó como angustia de castración. ¿Qué la produce? ¿Por qué Lacan estudió ampliamente lo ominoso en el seminario de La angustia? ¿Por qué hablar aquí de "castración"?
La fotografía que se acaba de ver genera esa inestabilidad: ¿está viva o muerta?, ¿es una persona o una muñeca?, ¿la foto es un documento o una obra artística?
Cada pregunta puede responderse con ambas posibilidades, lo que indica que es ambas cosas a la vez. La inestabilidad se mantiene incluso después de saber que en su pieza Cindy Sherman (Sin título, 1985) se retrata a sí misma (lo que es un leit motif en su obra). Esta situación inestable indica que en lo ominoso se trata no sólo de un objeto sino de un movimiento, de un viraje que no es todavía definitivo.