Psicoanálisis contemporáneo

Este blog de Manuel Hernández trata de los cambios que han tenido lugar en el psicoanálisis y en el arte debido a las innovaciones de Jacques Lacan y al paso del arte moderno al arte contemporáneo. Quiere poner a prueba una tesis: en vez de exponer “viñetas clínicas”, es posible tocar los movimientos de la subjetividad y los relativos a la función del analista gracias al juego de registros y a la precisión que son propios de los artistas contemporáneos, incluso cuando son ambiguos.

miércoles, diciembre 11, 2019

Zapata, Lacan y un plátano de $120 mil dólares




Zapata, Lacan y un plátano de $120 mil dólares

Manuel Hernández

La pieza de Maurizio Cattelan “Comedian” se ha convertido de manera casi instantánea en un ícono del arte contemporáneo.


La galería ha tenido que colocar un listón rojo para contener a multitudes que desean tomarse una foto con la pieza y el desconcierto no ha impedido la multiplicación de los memes.

¿Acaso todo es absurdo en esta obra de Maurizio Cattelan? A mi entender no, pero quizás no escribiría nada acerca de ella de no ser por lo que ha suscitado otra obra, que en estos días también ha cobrado una gran actualidad.




Se trata de “La Revolución” (2013) una pintura de Fabián Cháirez que se presenta actualmente en la exposición Emiliano. Zapata después de Zapata, en el Palacio de Bellas Artes, curada por Luis Vargas Santiago.

Esta pieza ha desatado furiosas reacciones de la familia y herederos del legado revolucionario de Emiliano Zapata. Su ira llegó a la sangre, pues un grupo de activistas LGBTT ha sido golpeado enfrente de Bellas Artes y ciertos grupos campesinos han amenazado con quemar la obra.[1]

De manera patente, la libertad creativa y de expresión está en riesgo, y nos interesa preguntarnos por qué.

En los buenos tiempos del psicoanálisis freudiano nadie, literalmente nadie, habría dejado de señalar el símbolo fálico presente en la obra de Maurizio Cattelan. Desde luego hacer crítica de arte con elementos tan trillados ya no es interesante. Pero nosotros no hacemos crítica de arte, sino psicoanálisis, aunque no psicoanálisis aplicado. Por eso, no intentaremos descifrar los motivos inconscientes de ninguno de los dos artistas, sino que recibimos sus obras como preguntas que nos conciernen. ¿Qué nos enseñan esas piezas? ¿Qué posibilitan?

La pieza de Cattelan nos presenta un símbolo fálico (aunque Cattelan, avertido, diga que ahí el plátano es sólo un plátano[2]), pero no en erección, sino en decaimiento, todavía más, tachado, retenido, contenido. El primer desciframiento de esta pieza es muy simple, de hecho, el grupo de artistas activistas Guerrilla Girls BroadBand[3] ha usado al plátano durante años como elemento discursivo.[4]



La pieza de Cattelan contiene, entonces, un discurso de género, que retiene al falo, lo presenta decaído y contenido. Ahora bien, cuando esta pieza fue presentada en el Art Basel de Miami, se anunció que había sido ya vendida en $120 mil dólares, y que había otras a la venta.[5]  En efecto, se han vendido más y a un precio mayor, que ya alcanzó $150 mil dólares. Yo ignoro si la primera venta fue real, pero estoy convencido de que resultaba indispensable declararlo, pues no es lo mismo pegar una banana a la pared con cinta adhesiva en mi habitación, que nombrarla Comedian, conseguir presentarla en Art Basel y… venderla en miles de dólares. Este arreglo de cosas, evidentemente artificioso, es sin embargo el dispositivo que permite que aunque ha habido otros plátanos apresados antes, no hayan conseguido ser sucesos artísticos.[6] Hoy día el hecho artístico ya no se detecta en la factura de la obra, sino en generar las condiciones que hacen posible que esa pieza intervenga, con sus propios recursos plásticos, en una discusión relevante socialmente, lo cual no se consigue con facilidad.


Así, una vez más, Maurizio Cattelan activa una polifonía de registros en su producción: hace intervenir al galerista, al curador, al mercado del arte y, claro, a los espectadores que se precipitan para tomarse selfies con la pieza, con lo cual el baño libidinal, que inició la cifra de $120 mil dólares, aumenta cada día. La serie de memes que se han desatado comprueban que la pieza tiene mucho de cómica, y da para reír casi ilimitadamente. Por eso es preciso preguntarse, ¿qué relación puede haber entre el falo y la comedia?


Para intentar una respuesta, resulta indispensable situar que el título de la obra de Maurizio Cattelan es, en efecto, Comedian. Ante el inminente riesgo de reducir el gesto de Cattelan únicamente al de un comediante (no hay duda de que un sesgo de ella es un gag), enfaticemos que Jacques Lacan retomó las categorías teatrales de la tragedia y la comedia para situar la superioridad de la comedia respecto de la tragedia, hablando de la existencia humana. ¿En qué sentido puede ser superior la comedia a la tragedia? Respuesta abrupta: es que la comedia expone lo ridículo del falo imaginario y lo ubica en su genuina dimensión de pene: ser apenas un pequeño órgano que pasa la mayor parte de su vida flácido y en decaimiento. La hiperpotencia imaginaria del falo, su grandiosidad, ¿a qué queda reducida junto a las mínimas capacidades del pequeño pene que portamos algunos de nosotros?

Los grandes comediantes han hecho nuestras delicias a partir de ese contraste: Charlie Chaplin, Groucho Marx, Buster Keaton, y cada uno de los gigantes de la comedia se ríe de las pretensiones fálicas, cada uno riéndose de sí mismo, ridiculizando sus pretensiones. Eso es el sentido del humor: reír de las aspiraciones de potencia de nuestra propia imagen fálica.

Este es el sentido del humor del que carecen absolutamente quienes desean quemar la pintura de Cháirez, pues quisieran mantener erguida y poderosa la imagen fálica y masculina del Caudillo del Sur, sin percatarse de que hoy día hay otras revoluciones en curso; desde luego la relativa a la comunidad LGBTT, pero hay otra –fundamental- en contra de la imposición a los demás de los puntos de vista personales a través de la violencia. Se trata de una lucha contra el fascismo. Se trata de un movimiento contra la imposición por la fuerza del patriarcado que insiste en la normalización de la violencia masculina, que produce miles de mujeres asesinadas por hombres que imponen y defienden sus privilegios por la fuerza.

Así, un pretendido comediante se siente limitado cuando la violencia contra las mujeres ya no puede ser recibida como un chiste. Eugenio Derbez, en estos días, acaba de declararlo: si no puede burlarse de las mujeres ni de su movimiento, ya no tiene material para sus “chistes”.[7]

La pieza de Maurizio Cattelan ha desatado la risa, pero también la burla y la ira. Es una obra que nos deja perplejos y nos interroga. Y, si nos descuidamos, rápidamente nos coloca en ese lugar lleno de imposiciones y de limitaciones que es donde vive Derbez. O nos lleva a hacer alianza con quienes quisieran quemar una pintura que atenta contra su visión falocéntrica de sí mismos, del arte y del mundo. En suma, Comediante y La Revolución, nos dan una oportunidad para escapar un momento de nuestro propio patriarcado y, en vez de producir tragedias, nos abren una salida para salir de ellas si podemos renunciar a nuestro falonarcisismo y recibir el aire fresco del que gozan los buenos comediantes: reír un poco de nosotros mismos. Para así darle aire a la libertad de los demás.



[1] Sarah Cascone, “Marizio Cattelan is Taping Bannas to a Wall at Art Basel Miami and Selling Them for $120,000 Each”, Artnet News, 4 de diciembre de 2019.  https://news.artnet.com/market/maurizio-cattelan-banana-art-basel-miami-beach-1722516
[2] El artículo de Sarah Cascone presenta varias ocurrencias de esta imagen, incluida una de su esposo: “How the Unhinged Reaction to Maurizios Cattelan’s Banana Revealed the Thin Line Between the Art World and Total Anarchy”, Artnet News, 9 de diciembre de 2019 https://news.artnet.com/market/art-basel-maurizio-cattelan-banana-memes-1726233

[3] Reporte Indigo, “Eugenio Derbez sobre el feminismo: ‘perjudica la comedia, ya no puedes hacer chistes de nada’” https://www.reporteindigo.com/piensa/eugenio-derbez-sobre-el-feminismo-perjudica-la-comedia-ya-no-puedes-hacer-chistes-de-nada/




[5] Sarah Cascone, “Marizio Cattelan is Taping Bannas to a Wall at Art Basel Miami and Selling Them for $120,000 Each”, Artnet News, 4 de diciembre de 2019.
[7] Así lo recordó en su cuenta de Twitter la crítica de arte Roberta Smith, el 8 de diciembre @robertasmithnyt: “While the art world ODs on testosterone, phallocentricity and stupid people tricks, please remember that there’s more than one way to use bananas –and that the Gerrilla Girls have done so for decades”