Psicoanálisis contemporáneo

Este blog de Manuel Hernández trata de los cambios que han tenido lugar en el psicoanálisis y en el arte debido a las innovaciones de Jacques Lacan y al paso del arte moderno al arte contemporáneo. Quiere poner a prueba una tesis: en vez de exponer “viñetas clínicas”, es posible tocar los movimientos de la subjetividad y los relativos a la función del analista gracias al juego de registros y a la precisión que son propios de los artistas contemporáneos, incluso cuando son ambiguos.

sábado, abril 15, 2006

Tres operaciones, tres posiciones estéticas

Para Freud el inconsciente estaba constituido por representaciones inconscientes. Conjeturó que había
elementos (representaciones cosa o representaciones palabra) que estaban "adentro", en lo "profundo" del "aparato psíquico" del "paciente". En último término la idea de representación inconsciente lo condujo hacer "construcciones", en donde el analista reconstruye un fragmento de la historia del paciente al que considera inconsciente e inaccesible. Un ejemplo muy claro de ese procedimiento está en "Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci"(1910).
La construcción está entre la inferencia y la especulación y por eso cabe distinguirla, incluso oponerla a la interpretación. Sin embargo también la interpretación freudiana depende de la idea de representaciones inconscientes; por ejemplo, en la transferencia el analista representa de manera inconsciente al padre o a algún otro personaje de la historia familiar.

Lacan dejó atrás esa posición y restringió la recepción del inconsciente a su presentación local en los tropiezos o une bévue de sus analizantes. En la práctica de Lacan lo inconsciente sólo se localiza en el lenguaje y específicamente en el retorno de lo reprimido, es decir en su presentación en un lapsus, un sueño, etc.
Por otra parte, en su enseñanza, Lacan avanzó cada vez más en escrituras formales hasta llegar al estudio del borromeo. La topología, sostuvo, no era modelo de nada, ni metáfora. Los objetos topológicos son una forma de presentación, no de representación. Al final de su enseñanza llegó a decir claramente que la topología es la clínica (primera reunion de La topologie et le temps, 1978-1979).
Ahora bien, como por azar, es posible indicar tres operaciones mayores que definen tres posiciones estéticas:

  1. Representación -> expresiones realistas
  2. Presentación -> pintura abstracta
  3. Intervención-acción -> arte contemporáneo

La pintura o la escultura como representación suele implicar una narración que a menudo busca ser instructiva, incluso suele ser una enseñanza moral. La vinculación dos veces milenaria del arte occidental con la Iglesia católica bien puede ser la razón de ello, pero es cierto que el arte griego clásico ya intentaba contar una historia al mismo tiempo que proponía un ideal de belleza. Lo mismo se puede decir de treinta siglos de pintura egipcia. En todo caso, en Occidente, desde hace mucho tiempo la representación produce una narración portadora de algún mensaje que busca influir en la vida moral del público que contempla la obra. En la distribución clásica de artista-obra-espectador la participación del públcio está en los movimientos que en su fuero íntimo le provoca la obra, pero no la modifica, ni interactúa con ella de ninguna manera. Es un espectador que va a ser educado, instruido, además de deleitado.

La pintura abstracta, al final del arte moderno, fue una gran revolución en la medida en que deliberadamente buscó alejarse de la pintura como representación, poniendo en crisis veinte siglos de pintura. Propuso formas inexistentes en la naturaleza, por ejemplo los cuadrados de Malevitch, o las composiciones geométricas de Mondrian, que no eran la mimesis de nada, ni pura decoración, sino la presentación de un mundo abstracto y por lo tanto profundamente espiritual, que pretende ser un territorio autónomo.

Piet Mondrian, Composition, 1923

Así Kandinsky escribió De lo espiritual en el arte para explicar los valores evocativos que las formas abstractas y los colores tienen en sí mismos, sin necesidad de representar nada de la naturaleza.

Vassily Kandinsky, Yellow, Red, Blue, 1925; Oleo sobre tela, 127x200cm; Centre Georges Pompidou, Paris

Ahora bien, es claro que la búsqueda de la belleza todavía está presente en la pintura abstracta. El fenómeno estético no se había deslindado aún de lo bello, con lo cual el arte seguía teniendo alguna aspiración hacia algo mejor y por lo tanto una relación con lo bueno y, por eso mismo con un mundo moral. ¿No fue por eso que algunos movimientos artísticos del fin de la modernidad comprometieron su trabajo en las luchas políticas del momento? La vinculación que buscaron los futuristas italianos con el fascismo de Mussolini lo muestra claramente. Es que la idea de belleza y todavía más la de progreso depende de una axiología.

F.Depero, Marinetti temporalepatriottico

Hay una tercera operación, la intervención-acción, que tampoco fue ajena a Lacan, aunque se la ha estudiado mucho menos. Pero primero será necesario estudiar por separado su incidencia en el arte contemporáneo.