Fluxus y Lacan
Era el tiempo en que Maciunas iniciaba el movimiento "Fluxus" en el que Joseph Beuys desarrollaría una obra que explícitamente se aleja de lo bello visual; en la que el performance ya no permite una respuesta obvia a qué es aquello que se ve en la pieza y qué se considera arte. Los happenings que practicaba hicieron vacilar la noción clara de quién es espectador y quién artista.
Con las exploraciones de Lacan en su seminario La angustia, también al inicio de los años sesenta, lo ominoso reveló registros insospechados. El vuelco que produjo al ocuparse del artículo de Freud "Lo ominoso" no sólo afecta al análisis, sino al campo de la estética. Presentó el fenómeno con el dispositivo óptico del espejo cóncavo frente al espejo plano, algo que es necesario estudiar, pero la presentación de ese dispositivo exige una exposición detallada que rebasa las posibilidades de este blog.
Al ubicar en ese dispositivo al objeto a dio un paso más allá de lo visible, es decir, de la estética trascendental, como lo dijo explícitamente. Con ese movimiento, Lacan dejó atrás la estética kantiana, nada menos, y tendió la cama a una nueva posición estética que horada al imaginario.
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